Algo que me dejó mi abuelo antes de morir fueron sus preciosas palabras de sabiduría. Algo que me recitaba sentado en su cómoda butaca estilo vintage, dónde hoy yo recuerdo sus palabras…
“Cuesta respirar y estamos sucios, excavamos en busca del oro, el material más bonito y valioso del momento. Pero al igual que la vida, es difícil encontrar tu camino para conseguir los frutos del esfuerzo que a veces, acaba con la vida de algunos mineros, buenas o malas personas, no merecen que se les arrebate el brillo del oro. Brillo que a veces se apaga...a veces la vida no tiene sentido...como cuando cavas en sentido contrario al oro y ves como otros mineros tienen mucho éxito mientras otros tiran la pala y dejan que la mina se les derrumbe encima.
Hay mineros que se dejan la piel para conseguir el oro, para que después lo aprovechen otros y presuman de su valor. Otros tan solo desaparecen con el oro para enriquecerse. Unos comparten su oro y camino para conseguirlo y otros deciden cavar solos”
Mi abuelo me explicó que la vida puede ser dura de recorrer como las piedras de romper o puede ser fácil si tomas el camino ya hecho por tus compañeros. Mi abuelo me enseñó a escuchar para aprender, dar para recibir, luchar para conseguir, soñar para vivir y a amar la vida como al oro más brillante, valioso y único que tienes. “La vida es oro, hay que vivirla” me dijo. Y en eso estoy...
Berta Pintor
2n B ESO
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