En una de las miles de galaxias que existen en este inmenso universo, podemos encontrar una galaxia con cuatro planetas muy peculiares; el planeta de color azul “la vida es un diamante”, el planeta de color amarillo “la vida es oro”, el planeta de color rojo, “la vida es amor” el planeta “la vida es amistad”, que es de color verde.
Eran planetas muy distintos y nunca se ponían de acuerdo en nada. El caso es que tenían que decidir quién sería el que tenía que gobernar la galaxia y supuestamente cada planeta quería ganar…así que finalmente “la vida es amor” propuso hacer un argumento (cada planeta) explicando porqué debían ser ellos quienes tenían que gobernar la galaxia y tenían una semana para prepararlo.
Una semana después estaban todos reunidos en un esteroide, que era el meeting point. Cuando todos llegaron, había un silencio abrumador, hasta que empezó la intervención “la vida es amor”. Su argumento decía que para ser feliz solo se necesita amor y que ellos podían dar amor a toda la galaxia. Después intervino “la vida es oro”. Ellos dijeron que lo más importante era hacer muchas minas y hacerse ricos, así podrían mejorar la galaxia. Seguidamente “la vida es amistad”, dijo que lo que de verdad importaba era trabajar en equipo, con esfuerzo y relacionarse con la gente, así podrían hacer de la galaxia, una galaxia mejor; y por último intervino “la vida es un diamante”. Ellos decían que por encima de todo se tenía que vivir la vida, que era como un diamante que se tiene que lucir y aprovechar al máximo.
Después de todos los discursos, intervino alguien inesperado: una estrella que se llamaba “la vida es luz”. Les dijo que si se mudaban todos a otro planeta, cooperaban, y aplicaban todo lo que habían dicho cada uno, podían crear una nueva y mejor vida.
Todos los miembros de cada planeta, por primera vez en décadas estuvieron de acuerdo en algo...y ahora todo el mundo convive en paz y harmonía en un nuevo y mágico mundo.
Jana Orta
2n A ESO
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