Si hubiera sabido la semana pasada que sería la última vez que veía a mis amigos hasta dentro de un tiempo muy largo, hubiera tenido actitudes diferentes. Los hubiera abrazado antes de irme, les hubiera dicho lo importante que son para mí e incluso me hubiera quedado hasta el último minuto del día.
Como bien sabéis, los adolescentes necesitamos quedar con nuestros amigos, verlos y mantener el contacto. Sinceramente, cuando empezó a escucharse por los medios de televisión esto de la pandemia yo pensaba que no sería para tanto, que en dos semanas se hablaría de otra cosa diferente y que para nada me iba a afectar a mí.
En cambio, ahora que ya llevo una semana encerrada en casa sin saber cuántos días va a durar no me parece ninguna tontería. Comprendo que el sistema educativo no se puede parar y que todos los contenidos se tienen que dar por vía telemática, pero esto de recibir cada día faena nueva del colegio me agobia aún más.
Me gustaría pensar que todo va a salir bien, que en poco tiempo podré salir con mis amigos y aunque parezca que no, estamos aprendiendo. Reconozco que antes me costaba abrazar a mis amigas, darle un beso a mi madre o incluso darle la mano a alguien. Además, siempre intento mirar el lado positivo de las cosas, y si todo esto que estamos viviendo lo hubiéramos vivido en verano aún hubiera sido peor.
Antes de acabar me gustaría presentarme, soy Laura y tengo 13 años. Antes hacía tenis, pero prefiero no hablar de esto, porque también lo echo de menos. Pensamos que somos felices si tenemos de todo, pero a veces lo único que nos hace falta es un abrazo. Espero que todo vuelva a la normalidad pronto y pueda abrazar a mis amigas.
Martina Butiña
2do A ESO
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