miércoles, 31 de octubre de 2018

HE GUARDADO EL FLOTADOR

Estamos en mitad del verano y ya he tenido que guardar el flotador. Y vosotros os preguntareis: ¿Por qué tan temprano has guardado el flotador? Por una razón muy sencilla que ahora os voy a contar.

Era una tarde de principio de agosto. Estaba con mis primos y mis hermanos y mi madre nos fue a comprar un flotador para que nos divirtiéramos. El flotador tenía una cosa que otros flotadores no tenían. Era un flotador muy grande con forma de rosquilla que brillaba. Y lo más impresionante era que podía hablar. Era mágico y nos contó muchas historias: cómo lo fabricaron, cómo lo empaquetaron y lo trajeron a la tienda.

Nos explicó que en la fábrica dónde lo inventaron también hacían robots hablantes y a él, por error, le pusieron una boca y lo hicieron hablante pensando que era un robot. 

Mis primos, mis hermanos y yo quedamos alucinados y nos hizo jurar que no lo contaríamos. Para nosotros eso era un problema, porque no nos lo podíamos creer y necesitábamos contarlo a alguien.

Pasaron dos semanas y aún guardábamos el secreto. Para nosotros era el secreto más bien guardado, pero no podíamos seguir así porqué mi madre se podría enterar de todo si el flotador empezaba a hablar. Le preguntamos cómo lo podíamos apagar y nos dijo que lo teníamos que deshinchar. Y eso es lo que hicimos, nos dio mucha pena, pero era lo más correcto. Y ahora aún sigue en el garaje esperando el próximo verano.

Nil Masferrer
2do A


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