Madeline era una chica normal, hasta que una noche, antes de
dormirse, se le apareció una ruleta en forma de flotador. La giraba y veía lo
que iba a soñar esa noche. A ella le parecía raro, así que decidió contárselo a
sus padres. Ellos pensaron que no era motivo para preocuparse, así que no
hicieron nada al respecto. La siguiente noche le tocó el sueño del paraíso de
los animales: pasó toda la noche entre cebras, leones, jirafas,… Seguía pasando
el tiempo y cada vez algo distinto le tocaba en la ruleta en forma de flotador,
todos los días sus padres le decían: ¿Que sueño has tenido hoy Madeline?
Cuandó ya había pasado un tiempo sus padres decidieron llevar
a Madeline a un psicólogo para explicarle lo que le ocurría. El psicólogo dijo que
no tenía de que preocuparse, que le seguiría ocurriendo día tras día.
Una noche... ¡sorpresa, no le pasó! Cuandó se levantó aquel día
se lo contó a sus padres. Su madre que era la más bromista, le dijo: hija, ¿ya
has guardado el flotador? refiriéndose a la ruleta de sus sueños. Desde
entonces nunca más le ha vuelto a aparecer la ruleta y está feliz sin recordar
lo que sueña.
Joan
Sureda 2nA
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