martes, 17 de noviembre de 2015

ÁNGEL DE LA GUARDA

Siempre he creído que cada uno de nosotros teníamos un ángel que nos acompañaba y protegía. Me lo imagino con un bello rostro, no muy alto, con unos ojos azules como el mar y transparentes como el agua; una nariz minúscula y chata y unos finos labios rosados. 

Lleva una corona que le rodea su pequeña cara, en ella caen sus cabellos de oro con rizos muy finos. En su largo cuello de cisne lleva una túnica blanca como la nieve que recorre todo su cuerpo. En su espalda tiene unas gigantes alas de color débil, su túnica cubre sus delgados brazos y llega hasta sus manos con dedos infinitos como los de un pianista. Sigue en sus largas piernas y llega hasta sus pequeños pies cubiertos por unas sandalias del color de la arena del desierto. 

Para él siempre eres su única prioridad y siempre te protegerá como una frágil bola de cristal. Es muy buena persona y quiere que en un futuro puedas volar tú sola como una bella mariposa. Pero incluso cuando ya sepas tu camino él te ayudará. 

Estel García.
2n ESO B

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