martes, 17 de noviembre de 2015

RECUERDOS TERRORÍFICOS

Me escondí en el bosque. Entre unos matorrales bajos, aunque lo suficientemente altos para esconder a una persona agachada. 

Intenté sacarme su imagen de la cabeza, pero cada vez que lo intentaba lo recordaba con más intensidad. Su altura, debía medir más de dos metros, y su cuerpo esquelético no era lo que daba más miedo. Te asustaban de verdad sus ojos negros, que parecían fundirse con la pupila, rodeados de un rojo intenso que debería ser blanco.
Tenía la cara llena de cicatrices, eran pequeñas y profundas. De sus labios finos brotaba sangre que se secaba a la altura de su cuello. Vestido con ropas negras daba la impresión de ser la propia muerte. Sus manos estaban ennegrecidas por la suciedad del arma que empuñaba, un cuchillo bastante afilado. 

El recuerdo de su voz grave seguía perforando mis oídos. El sonido de sus pasos perfectamente calculados, retumbaban en mi mente. Su mirada asesina, los sonidos extraños que hacía con su boca, las palabras que pronunciaba en un idioma que no conocía… Estaba asustada, realmente asustada. 

El crujir de las hojas me advertía de que alguien se acercaba a paso lento. Me quedé inmóvil, mi cuerpo no reaccionaba a las órdenes que dictaba mi cerebro. Sabía dónde estaba, me había encontrado. Entonces lo vi, como nunca antes lo había hecho. 

Araceli Gracia
2n ESO A

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