miércoles, 3 de febrero de 2016

UNA PERSONA ESPECIAL

Los lunes eran odiosos, pero no odiosos como para todo el mundo, eran realmente para mí. Cuando llegaba el domingo por la noche mi cuerpo se paralizaba, y mi mente empezaba a trabajar rápidamente para buscar una solución al gran problema que estaba amargando mi vida. 

Mis padres me notaban muy nervioso los domingos por la tarde, pero yo jamás les expliqué el problema. Tenía ocho años y me consideraba lo suficiente mayor y listo para superarlo yo solo. Pero el tiempo pasaba… Llegar a la escuela era un agobio diario. Se reían de mi, me amenazaban… creo que en todo el año no me comí el desayuno. Me lo quitaban. No eran muchos. Solamente dos. Los demás les ayudaban, no lo impedían. Era como normalmente se denomina el pringado de la clase. Al principio intenté ser amable, educado. Les regalaba cosas pero… era peor. Esos pequeños eran malvados, egoístas y malas personas. No podía entender tanta maldad en unos cuerpos tan pequeños. Rebosaban odio. Mis profesores no se daban cuenta. Pero de repente mi vida cambió.

Era lunes y como siempre llegué a la escuela asustado. Pasó lo que menos me esperaba, lo más bonito que me había pasado jamás. Juan el profesor de mates nos presentó a una nueva compañera. Era tibetana. Sus padres la habían abandonado y después de pasear por las calles llegó a un orfanato. Ahora sus padres eran Aina y Luis, una familia catalana. Era preciosa su sonrisa y su mirada era la mas bonita del mundo. Tenía una mirada noble, firma, de buena persona. Una mirada que al cruzarse con la mía provocó una sonrisa en mí. Se sentó a mi lado. Y de repente sonó el timbre, era la hora de salir al recreo. No me acordé de los pequeños tiranos. Solo tenía ojos para Marina. 

En el recreo me explicó su história, su terrible história. No tenía nada que ver con mi problema. Lo mío no era nada comparado con lo que había sufrido ella. Y sonreía. Así que cuando uno de los pequeños torturadores se acercó a mí, le miré, le sonreí y le dije: ‘’hasta nunca’’.

Raúl Martínez, 2n B ESO
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario