lunes, 6 de noviembre de 2017

HE GUARDADO EL FLOTADOR

Ese día me desperté como un día normal, pero decidí arreglar las cajas de cosas viejas del garaje. Cuando ya iba por la décima caja, me encontré un flotador muy viejo que ya lo había usado, pero no era un flotador normal era un flotador salvavidas. Decidí ponérmelo y de repente me acordé de porqué era tan especial para mí.

Fue el verano del 2004. Aquel verano decidí ir a un crucero por el Mediterráneo. Todo fue muy bien pero el cuarto día de crucero. Llegando a Campania, en la isla de Ischa (Golfo de Nápoles) íbamos a anclar pero, antes de llegar al puerto teníamos que rodear una parte de la isla con muchas rocas. Un momento después se oyó un ruido muy fuerte, nos avisaron de que el barco se hundía y que teníamos que saltar. Yo cogí el último flotador y cuando ya iba a saltar vi una niña que aún no había saltado, pero ella no tenía flotador, yo decidí darle mi flotador y también la ayudé a saltar. Después salté yo, sin flotador, con el riesgo de ahogarme. Cuando llegué a la orilla me atendieron los servicios de emergencia. Yo estaba muy preocupado por si la niña había salido del agua. Al final decidí irme sin saber nada de la niña.


Unos días después, me llegó una caja muy grande con un sobre. Primero abrí el sobre. Era una carta de la niña y sus padres, se me salieron las lágrimas de emoción. Después abrí la caja, era el flotador con el que ayudé a la niña a salvarse, me lo había regalado en agradecimiento. Cogí el flotador y lo puse en la caja y pensé: “YA HE GUARDADO EL FLOTADOR viejo pero especial”

Jordi Lachkar 2nB


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